Una hermana me dijo que para dar pasos de elefanta, a veces, se dan para atrás; pero de hormiga.
Ahora soy una hormiguita corriendo al hormiguero para no salir, no ver el sol, que todo siga...
Ahora rompo muros con mi cabeza de elefanta y todos los derribo, el polvo difumina el horizonte, no sé a qué distancia está, solo sé que dentro del hormiguero no existe, no se ve.
Ahora sólo quiero pasear, con las nubes soleadas en mi cara; con árboles, con cien caminos, todos buenos, todos válidos; y disfrutar de cada detalle. Parar, respirar, sentirme mía, sentir mi cuerpo, mis pies, mi piel, mi cara...todo mío.
Gracias hermana de sangre, derramada en cada batalla, por acompañarme hormiga y elefanta, yo sin mi yo conmigo, yo contigo, yo si te olvido, para no echarte de menos.
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